Algunas tribus africanas tienen esta tradición: cada uno de sus miembros adquieren al nacer una palabra-fuerza, secreta, que es pensada o pronunciada cuando necesitan una ayuda extra de su interior. Apoyados en ella se sienten más capaces de emprender sus objetivos o superar obstáculos.
Te propongo que elijas cuál es tu palabra-fuerza. Escribila, pintala, decorala. Hacela bien tuya. Pegala en un lugar visible y cuando lo necesites, repetila en silencio. Como experimento y si te animás, escribí un poema partiendo de esa palabra.
¡Si querés, compartime tu palabra-fuerza en los comentarios!
Este ejercicio que me encanta lo vi en el libro “Poesía Terapéutica” de Reyes Adorna Castro.