Hoy lloraste. Limpiaste tus células de malestares, de fantasmas, de historiales. Te viste al espejo, te perdonaste. Repetiste una y otra vez esas letras mágicas que salvan a cualquiera: te quiero. Es que llega un punto en el que la ilusión parece cobrar vida, haciéndose cada vez más y más grande por un inflador imaginario.
Lloraste. Queda un mínimo eco del toc toc de despedida. Como el camino del héroe, estás frente a frente con tu existencial crisis, la más difícil pero a la vez la más linda, porque después el sol sale con la fuerza de un guerrero que ganó su máxima victoria.
Ahora a reposar, como el claro de un río, como un mar sin olas. Reposar para levantarse fuerte y dócil mañana. Para salirse de uno y ser todos. Para sumar 2 después del 1+1. Para cuidar a esa nena que necesita amor y nada más que eso.
*
s i l e n c i o
a r m o n í a
c o m p a s i ó n
d u l z u r a
*
c e r r a r l o s o j o s
r e s p i r a r p r o f u n d o
m e n e a r l a c a b e z a
s e n t i r e l a i r e e n l o s p u l m o n e s
s o n r e í r
*
Todos quieren felicidad sin dolor, pero no se puede tener un arcoíris sin un poco de lluvia.