¿Es casualidad o es un premio del Universo a los valientes, a los que se animan a cruzar de vereda y ver (y verse) con otros ojos?
La vida misma siempre pide un equilibrio: no es fácil, hay que dedicarle tiempo (muchísimo tiempo), tiene sus contras pero cientos de pros. Es un constante buscar, saber, aprender, leer, vivir. Es un tobogán: un día estás bien, otro día flaqueás, otro día sonreís, otro día moqueás. Hasta que las pulsaciones bajan la velocidad, se estabilizan y lográs verle la cara a ese sueño que en su momento intentabas tocar con la punta de los dedos y era tan pero tan grande que no alcanzabas ni siquiera a rozar.
Cuando te animás a hacer realidad tus deseos, el mismo camino te cruza con personas de alma grande, conquistadores que derribaron miedos propios y ajenos y se lanzaron a la aventura de sus propias historias. Personas que contagian, que comparten tus mismos valores y que se toman de la mano para hacer algo más grande juntos.
¿Cuántos se permiten realmente pensar a lo grande? ¿Cuántos sueños mueren por día? ¿Nosotros elegimos a los sueños o ellos nos encuentran a nosotros? El sueño que queda huérfano, ¿lo puede pescar otra alma o queda sepultado?
¿Te imaginaste cuántas sonrisas pueden dibujar tus sueños? ¿Cuántos nuevos sueños (grandes, bien bien grandes) pueden despertar los tuyos? Los sueños se contagian, se agrandan, se vuelven infinitos. Porque soñar en grande es lo que nos mantiene vivos. Porque ver eso que tanto querías, ahí frente a frente, es el motor para crear y seguir creando y crear y seguir creando y crear.
Porque el salto a lo grande es el despertar de nuevos sueños. Porque cuando te das cuenta de lo que podés hacer y generás, ya nada vuelve a ser igual. Porque tu alma se vuelve más y más grande todos los días.

K de Karma (o causalidad) | *Luz y humo
[…] me canso de contar lo que me pasaba cuando era chica: yo sentía en lo más profundo de mi misma, que algo grande me esperaba a la vuelta de la esquina. No sabía bien qué era, no tenía idea ni su forma ni su color, pero siempre estuvo dando vueltas […]