Cíclicas.
Salvajes.
Voces de la naturaleza.
Blancas.
Negras.
Los mil colores que somos.
Los arcoíris que nacen y mueren en los días y noches que nos mecen el alma.
Movimiento.
Pausa.
Preguntas y afirmaciones
que nos interrogan
nos acorralan
nos encarcelan
y liberan.
La no acción en la acción.
La acción que regenera.
La energía que corre como río de montaña por la punta de los dedos.
La magia del chakra corona que nos unifica.
Somos hechiceras
una vez al mes
todos los meses
todos los años.
Seguimos el ritmo de una naturaleza que actúa según las órbitas de los planetas.
La menstruación que se acerca
los pechos que se ensanchan
las emociones que llueven.
El momento:
de la agitación
de la hiperactividad
de la ira
de la frustración
del desasosiego
del reproche
de la mente inquieta
de la explosión creativa
de la liberación creativa
de la canalización
de la dificultad
de la sexualidad sensual y erótica
de lo espiritual
de lo intuitivo
de los sueños mágicos y premonitorios
de lo esotérico
de lo psicológico
del mundo visible e invisible
de los sentidos agudos
de la sensibilidad
de los pensamientos ilógicos
de la concentración efímera
del reproche
de la intolerancia
de la ira hacia un mundo que no es capaz de cubrir sus necesidades
del regreso a su verdadero centro para eliminar lo que le parece superfluo
de la palabra sin medida ni consecuencia
de la necesidad de cambio y crecimiento
de la aceptación de sus energías cambiantes
de la aceptación de su naturaleza cíclica
del momento a solas
de la espera de amor y fidelidad
de la limpieza del hogar (y del espíritu)
del cabello que se poda (y del viejo ser que se desliga de su pasado)
de la sinceridad de los ciclos que empiezan y terminan.
Mujer:
cíclica
primitiva
consciente.
Mujer Hechicera.
Poesía inspirada en el libro “Luna Roja” de Miranda Gray.